Soy física por vocación. Cuando era adolescente descubrí, gracias a mis excelentes profesores, las ciencias como mecanismo para saciar mi curiosidad. Sin embargo, recuerdo que por aquel tiempo, en los años 90, las buenas obras de divulgación científica no abundaban en las librerías españolas e internet era todavía incipiente.
Cursé la licenciatura de físicas y me doctoré en la Universidad de Zaragoza, defendiendo mi tesis sobre « Búsqueda de materia oscura con bolómetros centelleadores »
Mi etapa postdoctoral la realicé en Francia aplicando los bolómetros, una maravilla tecnológica de detector, a la física de partículas y a la astrofísica. En total, 11 años dedicados a la investigación científica y el privilegio de haber aprendido física experimental o, lo que es lo mismo, el arte de interrogar a la naturaleza.
La ciencia me trajo a Francia en el año 2008 y en Francia sigo viviendo. Durante este tiempo he constatado la calidad de la divulgación científica francesa y el esfuerzo de la sociedad francesa por mantenerse informada, seleccionando las fuentes más fiables. Paralelamente, los grandes organismos de investigación franceses como, entre otros, el CNRS o el CEA y las grandes editoriales dedican más espacios a la divulgación y hay un número creciente de científicos franceses que se lanzan a transmitir sus conocimientos a un público diverso conscientes de su deber de contribuir a la formación continua de una sociedad que cambia a gran velocidad.
Les propongo abrir una ventana a lo que ocurre en cuanto a divulgación científica en nuestro país vecino.